Frente a la playa de “Montaña Arena”, a una profundidad de 23 m y sobre fondo arenoso, están situadas varias decenas de estructuras construidas en hormigón, formando el arrecife artificial o biotopo. Cuenta con 4 modelos que, agrupados, favorecen la proliferación de las diferentes especies. La creación de este arrecife artificial se llevó a cabo en 1991 por el Gobierno de Canarias, bajo el seguimiento por parte de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
Entre la gran cantidad de vida marina sorprende el enorme banco de roncadores. No es fácil resistirse a la tentación de traspasar la tupida cortina de peces, una y otra vez. En el arenal, entre los diferentes módulos, podremos observar a las tímidas anguilas jardineras. Además, si rastreamos cuidadosamente las huellas, lograremos ver angelotes, mantelinas y electrificantes tembladeras.
No podremos abandonar el lugar sin investigar cada uno de los diferentes módulos, donde encontraremos desde morenas y alfonsitos, hasta pulpos y cabrillas. Al finalizar, podremos aprovechar el ascenso para ver a las grandes bicudas cara a cara.